jueves, 21 de abril de 2016

Cartografía Genérica

Ayer hablaba sobre mapas y para continuar un poco con el tema, hoy también. Quizás os preguntaréis ¿Para tanto da el tema? Pues si, la verdad, da para mucho más de lo que parece.

Hoy sin embargo, enfocaremos el tema desde un punto de vista muy distinto, pues si ayer explicaba como solemos procesar un plano todos nosotros, hoy me gustaría hablar sobre las diferencias que en teoría hay entre hombres y mujeres en este tema. Lamentablemente, creo que todos hemos oído aquello de que "Las mujeres no entienden los mapas". Veamos que hay de cierto en ello a continuación.

Pero antes, hablemos de estos tópicos, porque este no es el único, ni mucho menos, ¡hay cientos! Recuerdo que de pequeño me regalaron durante la Fira D'Agost un juguete. Era uno de estos que solo venden en las ferias, construidos con plástico del malo y que sabes que no van a sobrevivir más de unos días. El caso es que se trataba de un soldado que se arrastraba como si estuviera en una trinchera, rifle en mano y haciendo ruiditos que asumo que intentaban ser disparos.

No fue la escasa calidad del juguete lo que me decepcionó, fue el darme cuenta de que mi padre no me conocía o si me conocía, no podía hacer prevalecer el conocimiento que de mí tenía por encima de los tópicos. Porque los niños juegan con soldados y dinosaurios mientras que las niñas con princesas, nenucos y ponys. La verdad, adoro los dinosaurios, pero hubiera preferido un pony al soldado. Al menos aquella ocasión sirvió para que mi padre se diera cuenta de que no todos somos iguales.

Quizás por aquél suceso, que no creo que jamás olvida aunque ya han pasado la tira de años, me enfurece tanto cuando la gente da por sentado ciertos tópicos, ya sean por razón de género, etnia, etc. Los chicos no lloran, los hombres conducen mejor que las mujeres. Soy una prueba viviente de que esto no es así. Pero aquí estamos para hablar de ciencia, ¿verdad?

Aunque hay que decir que a veces si que existe alguna diferencia de género y esto se puede explicar de muchas formas, normalmente se trata solo de prejuicios y en realidad son muchas más las diferencias entre individuos que no entre géneros. Con esta filosofía un grupo formado por neurobiológos y psicólogos del CogniFit realizaron una serie de pruebas.

Las pruebas, realizadas por voluntarios, tenían una temática espacial, siendo para realizarlas necesaria una buena capacidad perceptual espacial, esto es, la habilidad para formarnos una imagen mental de la zona ya sea de forma directa o representada en un plano. Esta habilidad además tiene dos modalidades, según se aplique a un medio de dos dimensiones o de tres. Lógicamente, la modalidad bidimensional es la que se aplica a los mapas y la tridimensional la que aplicamos normalmente cuando tratamos de ubicarnos en el propio lugar.
En cambio en este mapa no se orienta nadie.



Los resultados del experimento encontraron diferencias a nivel de edad de los individuos, pero no encontraron diferencias significativas entre ambos géneros a nivel bidimensional, por lo que podemos concluir que, efectivamente, las mujeres  los hombres entienden los mapas igual. Siendo sinceros, en la modalidad tridimensional los hombres obtuvieron resultados ligeramente superiores, pero las mujeres les superaron con resultados también un poco por encima en el modo de dos dimensiones. De todas formas, hablamos de diferencias en los resultados tan pequeñas que no se consideran relevantes. Ahí queda eso.

miércoles, 20 de abril de 2016

Yo es que no me aclaro con el metro...

Yo es que no me aclaro con el metro... Eso es lo que piensan muchos cuando les toca enfrentarse al susodicho. Y digo enfrentar porque para muchos es un auténtico suplicio bajar al subterráneo, mirar el mapa y averiguar que líneas y que transbordos ha de hacer para llegar a su destino. Y para que esa es precisamente la clave, el mapa.

El metro es en realidad un servicio indispensable para muchos, sobretodo para quienes viven en ciudades grandes y lo usan para desplazarse habitualmente, y a´un así casi nadie lo domina a la perfección´o, tan solo memorizamos la ruta que tomamos habitualmente.
Metro: Modo Hard

Parte del problema viene de que las ciudades no paran de crecer, a un ritmo alarmante dicho sea de paso. Lógicamente, las redes de transporte crecen con ellas y el mapa de las rutas se hace cada vez m´as complejo.

Quizás para algunos fuera una obviedad pero recientemente se ha podido constatar empíricamente que los planos de metro alcanzan unas cotas de dificultad que superan por mucho la capacidad de procesamiento de nuestro cerebro. Aunque nuestra mente tiene capacidades increíbles, en muchos aspectos muchísimo más potente que cualquier ordenador actual, también tiene sus limitaciones y una de ellas la encontramos en el procesamiento y retención de información.

Aunque pueda sorprendernos, dicha limitación se aplica a todos los aspectos de nuestra vida cotidiana: los puntos a relacionar en un mapa, las cifras a manejar en una operación matemática, los elementos a memorizar en un ejercicio de lógica o incluso la cantidad de personas que somos capaces de conocer.

Pues bien, como adelantábamos antes, un estudio de la universidad de Oxford enfocaba este asunto aplicado precisamente a los mapas de metro, centrándose eso si en las redes de metro más complejas del mundo. Entre otras cosas encontramos que normalmente una persona no puede mantener la atención y memoria en m´as de cuatro elementos de su campo visual, lo que evidentemente dificultad establecer conexiones en la ruta si esta es complicada y contiene varios transbordos. Teniendo en cuenta que el punto de partida y el destino ya son en realidad dos elementos, eso nos deja un margen de dos puntos intermedios, complicándose la cosa cuando el número es mayor.

Además, si alguna vez habéis ido en metro probablemente recordéis los planos suelen diferenciar cada línea con un número y un color. Pues bien, resulta que estos datos adicionales sobrecargan aún más nuestra capacidad de procesamiento, dificultado más todavía la tarea. Lo peor probablemente sea que pese a que estos datos son una dificultad añadida, no pueden ser eliminados pues son fundamentales para que sepamos que ruta hemos de tomar para llegar a nuestro destino.

De forma similar al llamado número de Dunbar, el equipo de Oxford concluyó que el máximo de conexiones en total que puede tener un mapa para que lo podamos entender de forma global es de 250, mucho menor de lo que suelen tener usualmente este tipo de transportes. Todo esto viene a explicar el porqué tantísima gente tiene problemas al utilizar el metro en rutas que no le son habituales